Barcelona. La creadora de las televisivas "Tres Mellizas"
recuerda en un nuevo libro, “La niña que quería dibujar”, su infancia de
posguerra donde había que ser buena “nena” y buena esposa en aquella educación tan conservadora. Rememora su inocencia pretendiendo huir a Suiza como su ídolo de infancia: Heidi, cuando finalmente tuvo la oportunidad de trabajar allí en el servicio doméstico descubrió que la vida no es un cuento.
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