Volvemos a encontrar una mujer en un
entorno artísticamente culto a principios del XX, aquellas familias que estimulaban las artes y que formaban a sus hijas culturalmente relacionándolas con otros intelectuales y creativos, que tendrá que exiliarse por culpa de la dictadura y desaparecerá en el olvido. Su futuro en España no hubiera sido tampoco mejor: mujer, roja y casada con un artista importante, los ingredientes típicos para que no se la hubiera considerado nunca. En México y Alemania continuó su obra y es en los últimos años cuando comienza a resaltarse su valor como pintora, ilustradora y cartelista.
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