Imaginemos por un momento la vida de una monja (o devota) del siglo X,
recluida en un convento o monasterio de algún lugar de interior de España,
bello pero intensamente frío, aislada, sin apenas noticias ya de los suyos, y sumida en una rutina religiosa con muy pocas
novedades. Pero imaginemos también que gracias a su inteligencia, su complicidad
con el monje Emeterius y a su talento, se la permite participar en la creación
de las “miniaturas” de un códice, no solo participar, aportar novedades,
creatividad, perspectivas, adornos y colores convirtiendo el BEATO DE GERONA, que
es el que dispone a día de hoy de más
páginas “iluminadas”, en una auténtica joya. De haber sido yo aquella monja (o
devota) creo que habría acogido la tarea con entusiasmo, aliviando un poco los
duros días de mi vida religiosa.
EN (ENDE ó EUDE)
No se sabe quién fue, donde aprendió, de dónde venía ni dónde murió, pero
lo que ha quedado demostrado es que una mujer firmó las ilustraciones (miniaturas)
del BEATO DE GERONA que se finalizó en el año 975, por lo que es la primera
mujer reconocida como pintora en la historia de Europa (aunque no fue la única
dedicada a este arte), y lo más
sorprendente: firmó por delante del monje Emeterius, que sí se ha mantenido
hasta nuestros días como un ilustrador de códices de renombre y además alumno
de otro de los grandes, MAGNIUS, así que podemos imaginarnos que no nos estamos
refiriendo a una artista cualquiera, ya que no era el clero por aquel entonces
muy partidario de dar protagonismo a las mujeres sin motivo.
Entonces, ¿Qué conocemos de esta
mujer? Pues poco, contamos con los estudios que se han hecho sobre su firma, el
contexto y el estilo en el espléndido trabajo realizado, pero nada de su
historia personal. Nunca hemos vuelto a
encontrar otra obra firmada por EN.
BEATO DE LIEBANA Y LAS COPIAS
Los Beatos, eran copias “retocadas” del famoso códice que realizó Beato de
Liébana, en mi tierra, Cantabria en el año 786. En este libro del monje Beatus
se hacían “comentarios” al Apocalipsis de San Juan de manera algo exaltada, ya
que en realidad se trataba de una propaganda para animar a los creyentes, que
en aquel momento estaban pasando muchas penalidades en su día a día, añadiendo
a esto que los romanos les estaban haciendo de las suyas, persiguiéndoles sin descanso.
En resumen, el Apocalipsis venía a decir: “No os preocupéis que hay que sufrir
un poco más todavía pero los malos se
van a enterar después”. También confirmaban que Cristo era Dios, porque algunas
corrientes de la Iglesia no andaban muy
convencidas con esta idea, o que Dios era amor, que a veces tampoco parecía muy
claro en vista de que eran de sacar rápido la espada. Era necesario que se fueran multiplicando los
Beatos para que no decayera el fervor, a ver si el ánimo se venía arriba, que
falta hacía. A día de hoy contamos con unos 30 Beatos.
LA FIRMA
EN DEPINTRIX ET DEI AIUTRIX, FRATER EMETERIUS ET PRESBITER
En, pintora y servidora de Dios, hermano Emeterius y presbítero
Esta es la firma que encontraron en el “colofón” del Beato de Gerona, las
traducciones del latín han sido distintas y además las letras se encontraban
muy juntas, así que en muchos lugares se
le ha bautizado como ENDE, y hasta en algunas enciclopedias ha llegado a
aparecer como EUDE, un ilustrador varón. Lo de “servidora de Dios” también ha tenido sus interpretaciones, primero
se tuvo muy claro que era monja, pero luego se aclaró que era un título de
modestia muy empleado en la época, sin necesidad de ser religiosa. Como veis se la coloca antes que el hermano Emeterius
En este sentido yo creo que la historiadora M. Rosa Ferrer ha ayudado a que
se resalte el trabajo de esta mujer, defendiendo su nombre real (ha localizado
mujeres llamadas EN, en el siglo X, pero ninguna llamada ENDE), defendiendo sin
duda que se trataba de una mujer, pintora además, y poniendo en duda sin descartarlo que
fuera monja.
EL LIBRO “ILUMINADO”
El Beato pudo realizarse en el Monasterio de San Salvador de Tábara en
Zamora, y seguramente En residía en algún convento cercano, pudo ser
efectivamente monja o una devota entregada a la religiosidad (en aquellos
tiempos bastaba con haber sido nodriza de nobles, o estar emparentada con algún obispo para vivir en un convento) también
se ha pensado que su nombre pudo aparecer como compensación a algún tipo de
patrocinio en la elaboración del libro.
Fuera como fuera En realizó unos dibujos originales, de rica policromía, con una visión nueva de la profundidad y la perspectiva e intentando mejorar las figuras excesivamente planas de los anteriores ilustradores, también trabaja con más formas, figuras esbeltas, pliegues y resaltando el naturalismo.
La calidad artística de este libro “iluminado”, así se denomina a estos
beatos decorados, es superior a los de su tiempo y se la considera antecesora
del arte romántico (según los estudiosos sobre todo en la imagen de la
Crucifixión), es además el Beato que más páginas iluminadas tienen, incluso
dobles, y ha llegado a nuestros días. Hoy en día se encuentra en el Archivo de
la Catedral de Gerona
Yo sigo imaginando a esta mujer encorvada sobre las láminas durante horas,
atreviéndose a ser original, llena de nuevas ideas aún viviendo aislada en un mundo sin tendencias, incluso sonrío porque algunos de sus dibujos podrían
perfectamente encontrarse en cualquier álbum ilustrado premiado en nuestros
días. Merece la pena revisar estas ilustraciones cargadas de detalles y admirar el estilo propio que se muestra en las formas y colores con
los que esta monja (o devota) “iluminó”
sus oscuros días, y los de muchas generaciones posteriores.
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