Holanda. Empezó haciendo estudios con
insectos de su jardín y a medida que se le fue permitiendo como mujer
entrar en el mundo científico llegó a ser la "ilustradora de la cadena
alimentaria". Pero esta mujer era imparable, con 52 años se separó, se
fue a Surinam y regresó con 60 láminas de gran impacto, aunque su venta no
tuvo el éxito esperado y sobrevivió el resto de su vida dando clases de
pintura y vendiendo preparados medicinales de plantas.
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